jueves, 30 de septiembre de 2010


Primer congreso nacional
El primer Congreso Nacional que tuvo nuestro país se instauró solemnemente el 4 de julio de 1811, en la sala de deliberaciones de la Real Audiencia, bajo juramento de fidelidad al Rey Fernando VII y protección a la religión católica, siendo convocado como resultado de la orden emanada de la Primera Junta de Gobierno, instalada el 18 de septiembre de 1810.
La elección de diputados se realizó en el país por medio de los Cabildos, que citaron a los vecinos más respetados a votar en su sala de sesiones, en medio de un ambiente lleno de agitación y propaganda política, en el que destacaban distintos escritos que propiciaban abiertamente una completa independencia respecto de España.
Esto último provocó una violenta reacción de los grupos realistas, lo que derivó que el 1 de abril de 1811, fecha en que debía realizarse la elección para el Congreso, que el militar español Tomás de Figueroa Caravaca se sublevara junto con las tropas a su mando, conocido por la historia como "El Motín de Figueroa".
Aun cuando este motín fue rápidamente sofocado y su cabecilla encarcelado, juzgado y fusilado al día siguiente en la Cárcel Pública, el hecho llenó de temor a la capital, pues señalaba que la posibilidad de una contrarrevolución aún estaba vigente. El movimiento llevó a una derrota eleccionaria para los realistas.
Luego de esta manifestación se realizaron las elecciones para el nuevo Congreso Nacional, el 6 de mayo, que inicialmente iba a estar compuesto por 36 diputados, pero su número se incrementó en 6, debido a que el Cabildo de Santiago reclamó el derecho a tener 12, en atención al mayor número de habitantes que el resto de las circunscripciones.
En esta elección participaron solo los hombres de las familias más importantes y acaudaladas del país, por lo que se creyó que iba a ser un grupo de ideas homogéneas. Sin embargo, no fue así. Se agruparon en tres facciones: los moderados, liderados por José Miguel Infante; los exaltados, que encabezados por Bernardo O'Higgins y Manuel de Salas, anhelaban precipitar la independencia; y los realistas, que solo reconocían al Consejo de Regencia de Cádiz, oponiéndose a cualquier medida.
Antes de la ceremonia inaugural, los 42 diputados electos, se reunieron en el Palacio Presidencial y de allí se dirigieron hacia la Catedral. Después de oír misa, oficiada por fray Camilo Henríquez, prestaron juramento. Presidió la sesión Juan Antonio Ovalle Silva, que posteriormente fue confirmado como Presidente y se designó como Vicepresidente a Martín Calvo de Encalada.
En esta sesión Juan Martínez de Rozas Correa señaló las obligaciones de los diputados y declaró disuelta la Primera Junta Nacional de Gobierno, elegida el 18 de septiembre de 1810. El Congreso recibió gran parte de la autoridad gubernamental, ya que tuvo que ejercer poderes ejecutivos y judiciales, además de sus funciones propias, mientras se constituía una Junta provisoria.
Desde un comienzo el accionar del Congreso fue confuso, debido tanto a la falta de experiencia política como a la división que se observó en su interior entre la mayoría moderada liderada por José Miguel Infante Rojas, los exaltados, compuesta por 12 diputados, entre los que destacaban Bernardo O'Higgins Riquelme y Manuel de Salas Corbalán y los realistas, que solo reconocían al Consejo de Regencia de Cádiz, oponiéndose a cualquier medida.
Desesperados los exaltados por la inacción del Congreso, comenzaron a tramar una acción de fuerza para cambiar su fisonomía. Sin embargo, durante todo el mes de julio y los primeros días de agosto, el movimiento, por diversas razones, debió ser postergado.
Así fue que en medio de este ambiente, irrumpió en la escena política José Miguel Carrera Verdugo, quien se transformó en el nuevo líder de los exaltados y, por ende, de los sectores que propiciaban la libertad política.
El 4 de septiembre de 1811, Carrera junto a sus hermanos, Juan José y José Luis, dio un golpe militar, y derribó a la mayoría conservadora del Congreso, sin mediar resistencia armada alguna. De esta manera, los exaltados quedaron en mayoría y designaron una nueva Junta de Gobierno, que creó el Supremo Tribunal Judiciario.
Adicionalmente, ordenó levantar cementerios alrededor de las ciudades; creó la provincia de Coquimbo; creo el Supremo Tribunal Judiciario; ordenó levantar cementerios alrededor de las ciudades; oficializó las relaciones con la Junta de Buenos Aires y otorgó la libertad de vientre, la cual, declaraba la libertad de los esclavos nacidos en Chile y prohibía el ingreso de nuevos esclavos al territorio nacional. Sin embargo, Carrera no tardó en darse cuenta de que los hombres que él había elevado al poder mediante el golpe militar del 4 de septiembre, trataban de alejarlo del gobierno, por lo tanto, y de acuerdo con sus hermanos, decidió dar un segundo golpe militar el 15 de noviembre de 1811. Finalmente, como el Congreso cortaba sus iniciativas, lo disolvió por la fuerza el 2 de diciembre de 1811.

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